La plata para cambiar el mundo
August 27, 2015

El eterno dilema de las organizaciones del desarrollo es la financiación. En este universo donde cada vez hay más organizaciones y más proyectos sociales, la competencia por los recursos exige aprender a hacer más y mejor gestión.
En Colombia y otros países de América Latina, la Cooperación Internacional para el Desarrollo ha sido una importante fuente de recursos para organizaciones grandes y pequeñas, internacionales, nacionales y locales, gubernamentales y no gubernamentales; y de alguna forma, ha contribuido al adormecimiento las habilidades de gestión de recursos financieros de estas organizaciones.
Es bien sabido que desde que estamos en una economía de renta media (con todo y las inequidades que existen), la tendencia de la cooperación internacional para el desarrollo es desaparecer. Cada vez es más enfocada, especializada, alineada con las políticas públicas. Cada vez hay menos y cada vez exige mayor co-responsabilidad y por tanto mayor co-financiación.
La mirada entonces se dirige hacía la financiación por la inversión social privada principalmente corporativa, olvidando a veces que la inversión de Responsabilidad Social Empresarial busca un gana-gana en el que, si está bien pensada, hay prioridad por causas relativas al negocio y por poblaciones impactadas por la operación. Así que hay muchas causas que no recibirán apoyo empresarial.
¿Qué hacer? En principio, las organizaciones deben ser consientes de que para llegar a cualquier lado se necesitan cabeza, manos y pies. Para nosotros en Mutual-Co, la cabeza es saber quién soy, qué sueño y cómo lograrlo (lo que llamamos visión estratégica); los pies son la estructura que sustenta nuestro sueño: personas y procesos; y las manos son los recursos (financieros, físicos, intelectuales, intangibles) que me permiten actuar. Es decir, si yo quiero tener recursos para cambiar el mundo, el simple deseo no es suficiente, necesito tener un plan, una visión y un equipo que lo logre. La fortaleza y el desarrollo organizacional, así como las buenas ideas, son el principio de la gestión de recursos financieros.
Una vez tengo claro cuál es el cambio que voy a lograr en el mundo y unos proyectos a desarrollar, inicia la titánica tarea de la financiación. Si vamos a hacerla, hagámosla bien. Esto no se trata de salir a maletear proyectos tocando puertas. Esto se piensa estratégicamente.
Las principales fuentes de recursos para causas del desarrollo son: 1. Individuos 2. Fundaciones privadas 3. Inversión y contratos públicos 4. Inversión social corporativa 5. Productos y servicios
Cada una de estas fuentes tiene sus desafíos y exigencias, también son más o menos accesibles, dependiendo del nivel de desarrollo organizacional en el que nos encontremos. En general, se trata de dos cosas 1. Construir credibilidad y visibilidad 2. Construir y cultivar relaciones, lo cual no se puede lograr sin invertir tiempo, dinero e ideas. La base es tener un verdadero impacto social logrado con una organización que se gerencia de manera estratégica.
En Colombia y otros países de América Latina, la Cooperación Internacional para el Desarrollo ha sido una importante fuente de recursos para organizaciones grandes y pequeñas, internacionales, nacionales y locales, gubernamentales y no gubernamentales; y de alguna forma, ha contribuido al adormecimiento las habilidades de gestión de recursos financieros de estas organizaciones.
Es bien sabido que desde que estamos en una economía de renta media (con todo y las inequidades que existen), la tendencia de la cooperación internacional para el desarrollo es desaparecer. Cada vez es más enfocada, especializada, alineada con las políticas públicas. Cada vez hay menos y cada vez exige mayor co-responsabilidad y por tanto mayor co-financiación.
La mirada entonces se dirige hacía la financiación por la inversión social privada principalmente corporativa, olvidando a veces que la inversión de Responsabilidad Social Empresarial busca un gana-gana en el que, si está bien pensada, hay prioridad por causas relativas al negocio y por poblaciones impactadas por la operación. Así que hay muchas causas que no recibirán apoyo empresarial.
¿Qué hacer? En principio, las organizaciones deben ser consientes de que para llegar a cualquier lado se necesitan cabeza, manos y pies. Para nosotros en Mutual-Co, la cabeza es saber quién soy, qué sueño y cómo lograrlo (lo que llamamos visión estratégica); los pies son la estructura que sustenta nuestro sueño: personas y procesos; y las manos son los recursos (financieros, físicos, intelectuales, intangibles) que me permiten actuar. Es decir, si yo quiero tener recursos para cambiar el mundo, el simple deseo no es suficiente, necesito tener un plan, una visión y un equipo que lo logre. La fortaleza y el desarrollo organizacional, así como las buenas ideas, son el principio de la gestión de recursos financieros.
Una vez tengo claro cuál es el cambio que voy a lograr en el mundo y unos proyectos a desarrollar, inicia la titánica tarea de la financiación. Si vamos a hacerla, hagámosla bien. Esto no se trata de salir a maletear proyectos tocando puertas. Esto se piensa estratégicamente.
Las principales fuentes de recursos para causas del desarrollo son: 1. Individuos 2. Fundaciones privadas 3. Inversión y contratos públicos 4. Inversión social corporativa 5. Productos y servicios
Cada una de estas fuentes tiene sus desafíos y exigencias, también son más o menos accesibles, dependiendo del nivel de desarrollo organizacional en el que nos encontremos. En general, se trata de dos cosas 1. Construir credibilidad y visibilidad 2. Construir y cultivar relaciones, lo cual no se puede lograr sin invertir tiempo, dinero e ideas. La base es tener un verdadero impacto social logrado con una organización que se gerencia de manera estratégica.
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